La pieza musical “San Antonino”, compuesta por Martín Virgili, fue interpretada mediante bocinas, sirenas, trompetas y voces que provenían de embarcaciones y escolleras, en un despliegue de 640 mil metros cuadrados que refleja y rescata la identidad sonora del sur marplatense.
El Puerto fue inspiración, protagonista y escenario de un concierto único que se desplegó este domingo a lo largo de 640 mil metros cuadrados en su acceso de entrada, por mar y tierra. La pieza musical “San Antonino”, compuesta por Martín Virgili, fue interpretada mediante bocinas, sirenas, instrumentos, voces y melodías que provenían de diferentes embarcaciones y de ambas escolleras, en perfecta armonía con los sonidos de la naturaleza y el trabajo de los pescadores, en una obra que refleja y rescata la identidad sonora del sur marplatense.
La propuesta también incluyó elementos visuales, como banderas y pañuelos de colores -apostados en cada uno de los barcos y en las escolleras sur y norte-, bengalas, flores que se arrojaron al mar y una coreografía o danza de los buques que intervinieron: el tradicional crucero de paseo Anamora, la lancha amarilla pesquera “Luisito”, la lancha “Capitán Porreti” y el velero “Milenia”, entre otros.
El gran operativo y la perfecta sincronización que requirieron la interpretación de esta pieza contó con la participación y el apoyo de diferentes actores, como la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la Universidad de Tres de Febrero, la productora artística Negra 40, Orquesta Inestable del Club del Dibujo, Proyecto Intemperie, Creciente, Ensamble Recicle, Ensamble Vocal Tres de Febrero, Anamora, Yath Club, entre otros.
“Estoy muy contento por comprobar que el diseño de estructura social funciona, que existen relaciones de amor y amistad que permiten que estas ideas surjan y sean. Sentí que la idea funcionó en el territorio y nos dan ganas de perfeccionar este diseño para que suene cada vez mejor. Sentimos que despertamos a un instrumento dormido, que ahí hay algo para trabajar, desde lo colectivo, lo social y lo artístico“, expresó Virgili tras la interpretación de su pieza, que nunca había sido ensayada por completo.
La idea surgió en 2014, a partir de la filmación del documental “Fluctuat nec mergitur” -también de su autoría- sobre la construcción del Puerto de Mar del Plata y su conexión con el arte marginal de la ciudad. “A partir de esa investigación, yo seguí trabajando con el tema del puerto y ese sustrato precipitó el “San Antonino”, que es una música”, explicó.
El músico aseguró que ésta no fue una intervención sonora ni una performance, sino que es una obra musical, en la que cada parte fue pensada minuciosamente y fueron medidas todas las relaciones entre los ensambles. “Acá hay un proyecto y un programa meditado sobre cómo tenía que funcionar esto artísticamente y cuyas bases materiales tienen que ver con la vida del Puerto, los sonidos del Puerto, las relaciones sociales del Puerto, los ritos que se producen en el Puerto. Todo eso precipita la creación musical“, sostuvo.
Cada embarcación y cada ensamble en las escolleras tuvo su propio director musical. Al artista visual y músico local, Yamandú Rodriguez, le tocó encabezar la partitura del Anamora y cronometrar cada movimiento acústico y visual de la embarcación . “El “San Antonino” es una especie de registro de la identidad sonora del Puerto, como una especie de postal sonora. Un día este paisaje sonoro no va a estar más y esta es una forma de perpetuarlo“, dijo.
La pieza musical debe su nombre al pesquero marplatense hundido en septiembre de 2016, pero su elección surgió con anterioridad al trágico naufragio en el que perdieron la vida seis hombres. “Lo vi en la banquina y me interesó el barco “San Antonino” porque su nombre sintetizaba muchas cuestiones del territorio del Puerto. La religiosidad, la italianidad y el “nino”, que es un sufijo que tiene que ver con los abuelos y que se hizo tan famosos en el “Adiós Nonino” de Ástor Piazzolla, que es una figura de Mar del Plata. Después el pesquero se hundió y yo no quise cambiar el nombre porque entiendo que los sufrimientos, tristemente, también son parte del Puerto. No quiero armar un puerto de fantasía, donde está todo bien”, precisó Virgili.
“Esto es lo más real que podemos producir acerca del Puerto. Los territorios son espacios indómitos. El territorio es lo real, es lo que dice cómo van a ser las cosas y muchas de las cuestiones que pasaron en esta pieza musical fue una lucha entre la música que quisimos llevar a cabo y el territorio, tratando de coexistir”, ahondó sobre la concreción de este proyecto que llevó cuatro años
Vigili, que no es oriundo de la ciudad, se instaló en Mar del Plata hace diez años y se familiarizó con el Puerto cuando comenzó a trabajar en la UTN, donde dicta clases. “Me di cuenta que es el lugar más interesante de la ciudad desde el punto de vista de la dinámica, pero que, al mismo tiempo, Mar del Plata le da la espalda. Se ve claramente el guadañazo que hay de Juan B Justo para el otro lado. Yo me quedo del lado del territorio salvaje, de este lado. Quería que la composición reflejara ese lado salvaje de la ciudad”, concluyó.
Fuente: https://www.faronoticias.com.ar